martes, 18 de febrero de 2020

Definiciones Geografía Agraria

DEFINICIONES DE GEOGRAFÍA AGRARIA
1. Agricultura extensiva: Sistema agrario en el que la tierra no produce el máximo rendimiento, bien porque una parte se deja sin cultivar (barbechos), porque no se trabaja de manera continuada, la mano de obra es insuficiente o no se utilizan los cultivos y sistemas más adecuados. A veces se relaciona con el cultivo de grandes extensiones de tierra donde los rendimientos son mediocres pero permiten una gran rentabilidad si la actividad está altamente tecnificada.
2. Agricultura intensiva: Sistema agrario cuyo objetivo es obtener la máxima producción por unidad de superficie, a veces varias cosechas anuales por explotación agrícola. Utiliza poca extensión de tierra, técnicas de riego, mucha mano de obra y modernos medios técnicos, obteniendo buenos rendimientos.
3. *Agricultura de regadío: Consiste en complementar el suministro natural de agua a los cultivos a través de diversos técnicas artificiales de riego. Esta técnica requiere grandes inversiones económicas y una cuidada infraestructura hidráulica: canales, acequias, aspersores, albercas,...
4. *Aparcería: Tipo de régimen de tenencia de la tierra, de explotación indirecta. Es una sociedad en la que el dueño aporta la tierra y el aparcero, el trabajo; los gastos se satisfacen y los beneficios se reparten en la proporción establecida por acuerdo. Como la producción se desconoce en el momento de la firma del contrato, propietario y aparcero comparten por igual ganancias en los años buenos y pérdidas, si las hubiera, en los años malos.
5. Barbecho: Sistema destinado a recuperar, de manera natural, la fertilidad que la tierra pierde con el cultivo continuado. Para ello puede dejarse la tierra  en reposo, es decir, sin cultivar, durante un periodo de tiempo variable (barbecho blanco) o cultivar algún producto que le proporcione nutrientes, caso de las leguminosas (barbecho semillado).
6. Cultivos industriales: Los dedicados a obtener plantas industriales, es decir aquellas cuyo producto no admite consumo directo o cuya transformación por la industria agroalimentaria resulta más rentable, caso del girasol, la remolacha azucarera, el algodón, el tabaco…
7.*Dehesa: Formación vegetal resultado de la intervención antrópica. Su base es la encina o alcornoque en agrupamientos poco densos, con estrato inferior de pastizal o matorral. Suelen destinarse al mantenimiento del ganado (cerdo, toros, etc.), a la actividad cinegética y a la silvicultura (leña, corcho, setas…). Suelen ser explotaciones latifundistas, presentes en Andalucía, Extremadura y ambas Castillas.
8. Explotación agraria Es la unidad de producción agraria, definible como el conjunto de tierras, instalaciones (edificios, infraestructuras…) y medios de producción (maquinaria, herramientas...) que son organizados económicamente para obtener una determinada producción agraria.
9. Ganadería extensiva: Modelo ganadero en el que se utiliza una gran cantidad de terreno, poca mano de obra y se obtienen pocos rendimientos por unidad de superficie (la ganadería ovina, cría de cerdo ibérico…). Se suelen priorizar los pastos naturales y el deambular de los animales.
10. Ganaderia intensiva: Modelo de explotación ganadero en el que el ganado suele permanecer en establos o granjas y se alimenta total o parcialmente con piensos. Exige elevadas inversiones en instalaciones, selección de razas, tecnología, cuidados veterinarios…
11. Hábitat concentrado y disperso: Son tipos de hábitat rural. El concentrado se caracteriza por núcleos de población cuyas casas están unidas unas a otras. En España es más frecuente en las zonas de secano y latifundio. En el disperso las viviendas se encuentran aisladas unas de otras y no llegan a formar un núcleo compacto. En España es más frecuente en las zonas húmedas y de minifundio
12. *Latifundio: Explotación de gran extensión. Aunque no existe acuerdo a la hora de fijar el umbral de tamaño, se suelen considerar latifundios las explotaciones agrarias que sobrepasan las 250 hectáreas.
13. *Minifundio: Explotación agraria de reducida dimensión. En general, según los casos, se suelen definir como minifundios las explotaciones que tienen entre 0 y 5 hectáreas.
14. Monocultivo: Sistema de producción agraria basado en el predominio del cultivo de una sola especie en grandes superficies de terreno. Es propio de la agricultura avanzada y tiene como objetivo estandarizar la producción para reducir costes y aumentar la rentabilidad.
15. PAC: Política Agraria Común. Es la política común más importante de la Unión Europea (UE). La PAC gestiona las subvenciones que se dan a la producción agrícola, establece cuotas, etc. Intenta tener en cuenta los intereses de productores y consumidores, a la vez que procura proteger el medio ambiente. Es muy criticada desde los países menos desarrollados por considerarla proteccionista.
16. *Parcela de cultivo: División mínima de la superficie agraria. Los censos agrarios consideran  parcela o coto redondo a toda extensión de tierra que está bajo una sola linde, es decir, rodeada de terreno, edificios o aguas que no pertenezcan a la explotación.
17. * Rotación de cultivos: Sistema agrario que consiste en alternar cultivos diferentes en una misma parcela, buscando que su acción bioquímica en el suelo sea complementaria. Se emplean, en general, dos tipos de rotación: la bienal, que consiste en la intercalación del barbecho entre dos años de cosecha; y el trienal, donde alterna un cultivo principal, una leguminosa y un barbecho blanco. Actualmente el uso de fertilizantes ha supuesto su retroceso o desaparición.
18. *Trashumancia: Práctica ganadera consistente en el desplazamiento de los pastores con sus rebaños de una región a otra, buscando pastos frescos, en función de las estaciones. El desplazamiento se realizaba a través de vías pecuarias, llamadas cañadas, veredas y cordeles.

Unidad 8: EL ESPACIO RURAL

UNIDAD 8. EL ESPACIO RURAL.
1. LOS CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA EN ESPAÑA.
El espacio agrario es el resultado de la acción del hombre sobre el medio natural, pero en su formación intervienen tanto factores físicos como humanos.
1.1. FACTORES FÍSICOS.
Son los relacionados con la naturaleza que permiten, limitan o condicionan la actividad agraria. Son:
a) EL RELIEVE. Influye mucho sobre la práctica agrícola, por eso se aprecia una gran relación entre el mapa de relieve y el de aprovechamientos agrarios. El relieve condiciona el espacio agrario mediante:
•  La altitud. Hace descender la temperaturaLa altura presenta dos dificultades para los cultivos: Aumenta el riesgo de heladas y crea suelos de mala calidad. Por eso las mejores tierras son las llanuras por debajo de los 200 m. Sin embargo, sólo el 11% de España cumple esa condición, pues gran parte de la Península la ocupa la Meseta, cuya elevación acentúa la continentalidad.
•  La orientaciónLas solanas son mejores para el cultivo que las umbrías, ya que éstas, al poseer menores temperaturas aumentan el riesgo de heladas. Igual ocurre con las laderas expuestas al viento, ya que éste extrema las condiciones térmicas y favorece la evaporación.
•  La topografíaLas pendientes pronunciadas producen problemas para la actividad agraria. Entre ellos:
•   De mecanización, ya que dificultan o impiden el uso de maquinaria agrícola.
•   De riego, ya que exigen infraestructuras más complejas y provocan un desigual reparto de la misma.
•   De mala calidad y pérdida de suelo. El agua de arroyada arrastra el suelo fértil y favorece la erosión.
La accidentada topografía española propicia la existencia de estos problemas.
b) EL SUELO. En España los suelos silíceos (tierras pardas, rankers), los grises y los volcánicos suelen ser malos para la agricultura, al contrario que los pardos calizos, los rojos mediterráneos y las tierras negras arcillosas. Además, nuestros suelos sufren problemas como la pérdida de fertilidad por las prácticas agrícolas intensivas, la salinización y la erosión, que provoca el arrastre y pérdida de materia orgánica.
c) EL CLIMA. Influye sobre los cultivos a través de temperaturas y precipitaciones, pero también de vientos, nubosidad y la frecuencia con la que se producen las heladas. El dominante clima mediterráneo presenta mucha irregularidad, siendo frecuentes las heladas, olas de calor, sequías…, que influyen negativamente sobre la actividad agraria. Sus elevadas temperaturas y la aridez estival son muy exigentes para las plantas, de ahí que se adoptara la trilogía mediterránea y se impusiese la implantación del regadío.
d) LA VEGETACIÓNProtege los suelos de la erosión, pero a menudo se elimina para ampliar la ocupación agrícola y otras veces sólo se preserva el sustrato arbóreo y herbáceo para aprovechamiento mixto ganadero-forestal, dando lugar a paisajes como la dehesa.
1.2. FACTORES HUMANOS.
Entre ellos cabe destacar los históricos, demográficos, técnicos, sociales y económicos y los políticos.
a) CONDICIONANTES HISTÓRICOS. Han influido tanto en la organización y usos del espacio agrario como en las condiciones económicas y técnicas en que este se ha explotado. Roma hizo la primera ordenación agraria de España, basada en la trilogía mediterránea y el Latifundio. Después, los musulmanes darán más importancia al regadío y la producción de frutas y hortalizas, pero serán la Reconquista y repoblación cristiana las que iniciarán dos procesos que influirán enormemente en las actuales estructuras agrarias: Por un lado la coexistencia en el uso de la tierra de aprovechamientos cerealistas y ganaderos, y –por otro- un nuevo sistema de posesión de la tierra, con un dominio de la gran propiedad que será la base de la consideración de la tierra como problema, que estará vigente hasta mediados del XIX, pese a que antes, la abolición del mayorazgo y la supresión  del régimen señorial permitieron que los bienes de la nobleza comenzaran a fragmentarse por herencia, aunque conservando su condición de latifundios.
Más tarde, las Desamortizaciones provocaron el traspaso de tierra de propiedad colectiva a manos de particulares: La de Mendizábal supuso la incautación de fincas del clero y su venta a particulares. La de Madoz provocó la privatización de las tierras comunales de los municipios españoles, causando un gran daño a pequeños propietarios y jornaleros. En ambos casos se reforzó la gran propiedad, pues los compradores fueron grandes propietarios (aristócratas y ricos burgueses).
El resultado de todos estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y, como a finales del XIX la población iba en aumento, creció el número de jornaleros. El desigual reparto de la tierra generó conflictividad social y la demanda de reforma agraria, que el intento de la Segunda República no resolvió.
b) DEMOGRÁFICOS.  El aumento de población obliga a obtener más alimentos. Para ello se pueden adoptar tres estrategias: 1º. Ampliar la superficie cultivada roturando nuevas tierras; 2º Intensificar la explotación de la tierra cultivada y, 3º, mejorar las condiciones técnicas de las explotaciones para aumentar la producción. Por eso, en función de la presión demográfica cambian los sistemas de cultivo y las estructuras agrarias y, por tanto, los paisajes agrarios.
c) TÉCNICOS. Los avances técnicos, con la introducción de maquinaria, fertilizantes, plaguicidas, han modificado los paisajes agrarios, transformado aquellos propios de la agricultura tradicional (policultivos, barbechos, rotaciones…) en otros ligados a la agricultura moderna (monocultivos, regadíos…).
d) CONDICIONANTES SOCIALES Y ECONÓMICOS.
Propiedad, explotación y régimen de tenencia son elementos básicos de la estructura agraria. Influyen en la conformación del paisaje y la forma de ocuparlo y usarlo.
d1. El régimen de propiedad de la tierra.
El régimen dominante en España es el de propiedad privada, pero con una gran dualidad: muchos pequeños propietarios, que poseen poca tierra, frente a pocos grandes propietarios que concentran mucha
A este problema se añade el del exceso de parcelación: enorme fragmentación de la tierra en multitud de parcelas que es un inconveniente para la explotación.
El tipo de propiedad presenta claras diferencias geográficas: El minifundismo es dominante en la mitad norte, Levante y la franja costera mediterránea; mientras los latifundios dominan en la mitad sur.
d2. El régimen de explotación de la tierra.
La explotación agraria se caracteriza por el contraste entre minifundios y latifundios. El Censo Agrario de 2009 indica que más de la mitad de las explotaciones son minifundios de menos de 5 hectáreas, y que las de extensión superior a 300 ha, suponen sólo un 1%, pero concentran gran cantidad de tierra.
Desde los años 60 el número de explotaciones ha decrecido paralelamente al éxodo rural, que ha provocado la desaparición de parte de las más pequeñas y su incorporación a otras más grandes, razón por la que ha aumentado levemente el tamaño medio de las explotaciones.
d3) El régimen de tenencia de la tierra.
En cuanto a la tenencia de la tierra distinguimos entre régimen de explotación directa y de explotación indirecta. La explotación directa es aquella en la que el titular de la misma es propietario de la tierra, mientras que en la indirecta el titular de la explotación y el propietario de la tierra no son la misma persona. En este caso, el propietario cede la tierra para su explotación en arrendamiento, o aparcería.
El arrendamiento es un alquiler donde el arrendatario paga una renta fija con independencia del resultado de la cosecha. La aparcería es una sociedad, en la que el dueño aporta la tierra y el aparcero el trabajo. A veces los gastos se cubren a medias y, siempre, los beneficios se reparten en el % establecido.
Actualmente se tiende al aumento de la explotación directa (que supone el 71,5% del total de las explotaciones), el mantenimiento del arrendamiento (18,5%) y reducción de la aparcería (menos del 9%).
e) CONDICIONANTES POLÍTICOS. El marco legal en el que se desarrolla la actividad agraria o decisiones políticas (desamortizaciones) pueden determinar el paisaje agrario. Pensemos que propiedades y parcelaciones pueden ser modificadas a través de las reformas agrarias técnicas (concentración parcelaria) o políticas (colonización o expropiación y reparto de tierras).
Actualmente los factores políticos dependen de las pautas establecidas por la U.E. y la Política Agraria Comunitaria (PAC) para nuestra agricultura. Esta, aunque sigue siendo un importante pilar de economía, ha perdido mucho peso desde el punto de vista social, pues sólo poco más del 5% de la población se dedica a esta actividad.
2. LA POLÍTICA AGRARIA COMUNITARIA (P.A.C.)
La Política Agrícola Común (PAC) es un instrumento de la U.E. que se centra en la organización y coordinación de las políticas agrícolas de sus países miembros, así como en generar subsidios e inversiones para estimular y ayudar al sector agrícola, además de hacer hincapié en el cuidado de medio ambiente y la sanidad de los productos agro-ganaderos. La PAC absorbe casi la mitad del gasto total de la U.E.
Con el ingreso de España en Europa, la actividad agrícola se rigió por la PAC, que tenía como principales objetivos: a) Aumentar la productividad b) Elevar el nivel de renta de la población agraria c) Estabilizar los mercados agrarios d) Garantizar el aprovisionamiento e) Asegurar precios razonables.
Para conseguir estos objetivos se creó el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA), que establecía precios para los productores y aseguraba la compra de los excedentes de producción.
Sin embargo, los excedentes dispararon el gasto de la U.E. en materia agraria, por lo que se comenzaron a dar ayudas a la exportación, a la vez que se llevaba a cabo, en 1992, la primera reforma de la PAC. Esta consistió en eliminar las ayudas a la producción, que fueron sustituidas por ayudas por superficie cultivada y cabeza de ganado –incluso se llegó a subvencionar el barbecho en cultivos excedentarios-, a la vez que se establecían cuotas de producción.
En 1999 se llevó a cabo otra reforma, consistente en ayudas directas a la renta de los agricultores, el aumento de la competitividad de los productos europeos y el impulso de las políticas de desarrollo rural, con actividades paralelas y complementarias a las agrícolas.
La PAC fue de nuevo reformada en 2003 para establecer nuevos formas de ayudas directas y en 2008 para abordar nuevos retos en relación con el cambio climático, la biodiversidad y la gestión del agua.
Casi el 30% de la renta agraria en España procede de las ayudas directas de la PAC (es el país más beneficiado después de Francia), pero tras la ampliación de la U.E. va disminuyendo. Las ayudas se dan a través de distintos fondos (FEADER; FEDER…) y tiene casi un millón de beneficiarios, siendo las CC.AA. más beneficiadas las de Andalucía, ambas Castillas y Extremadura.
Las ventajas de la PAC son indudables. De hecho, la modernización de nuestro sector agrario está muy vinculada a las subvenciones comunitarias. Además, la posibilidad de vender en un mercado protegido de 500 millones de habitantes es un claro beneficio para el estado español.
Entre las críticas que ha recibido la PAC desde España están: · Se protege más a los cultivos y ganadería de la Europa oceánica-continental que al sector hortofrutícola. ·Se beneficia en exceso a las grandes propiedades. · Se crean excedentes. · Problemas con las cuotas. · A veces las políticas aplicadas son muy fluctuantes (ejemplo, el olivar).
A nivel internacional se critica la PAC por excesivo proteccionismo, lo que choca con las políticas de libre comercio y limita la posibilidad de desarrollo de países empobrecidos al dificultarles las exportaciones.
3. USOS Y APROVECHAMIENTOS DEL ESPACIO RURAL.
Del total de la superficie española, el 90% tiene utilidad agraria. De ella, más de 1/3 corresponde a superficie de cultivo.
3.1 Usos agrarios del suelo
La diversidad de factores naturales ha dado como resultado una gran variedad en los usos del suelo en España. Del conjunto de la producción agraria, el 55% corresponde a los usos agrícolas, casi el 40% a la ganadería y sólo el 5% a usos forestales.
    · Las tierras cultivadas se concentran en tres grandes áreas: las cuencas interiores de la Meseta, las depresiones exteriores y el litoral mediterráneo. Las depresiones exteriores son de gran aptitud agrícola, siendo la Bética la que presenta mejores suelos. La franja del litoral mediterráneo destaca por la importancia económica de sus regadíos, sobre todo, los cultivos bajo plástico y subtropicales.
   · Praderas y pastos. Suponen unos 10 millones de ha, aunque van disminuyendo. Están muy relacionadas con el clima, el relieve y la calidad de los suelos, por eso se extienden por la iberia silícea, sobre todo las zonas de montaña media y las penillanuras del oeste peninsular, que acogen la ganadería tradicional.
   · Terrenos forestales. Suponen unos 19 millones de ha, concentradas en zonas de montaña debido a que éstas no son aptas para la agricultura, al abandono de los usos agrícolas tradicionales y a la repoblación forestal. Están dedicadas al aprovechamiento maderero y otros como la caza, espacios protegidos...
3.2. Cultivos y aprovechamientos.
La primera gran división al hablar de cultivos es la que distingue entre los de secano y regadío. Los primeros ocupan casi las ¾ partes de las tierras cultivadas, aunque aportan menos de un tercio del valor total de la producción, mientras el regadío ocupa el 25% restante, pero aporta casi el 70% del valor.
En España podemos destacar los siguientes cultivos:
 · Los cultivos extensivos. La trilogía mediterránea (Trigo, Olivo y Vid) y la cebada son los que más espacio ocupan. El trigo ha dejado de ser el más extendido en beneficio de la cebada. También ha aumentado el maíz y el arroz (Albufera de Valencia, Delta del Ebro y marismas del Guadalquivir). Las leguminosas tienen su mayor producción en las dos Castillas.
· Hortalizas. Destacan sobre todo en las huertas tradicionales de Valencia y Murcia, en Almería con los cultivos bajo plástico -siempre en regadío- y en Galicia y Aragón.
· Cultivos LeñososEntre los frutales destacan los cítricos, en Valencia y Andalucía, y otros frutales en Cataluña. El Olivar tiene en Andalucía su mayor extensión, incrementándose el olivar regado. El viñedo se concentra en La Mancha, pero también en La Rioja, Riberas del Duero y del Guadiana, Montilla-Moriles, Jerez... El almendro se ubica en Andalucía, Levante y Aragón.
 · Los cultivos industriales. Se dan casi siempre en regadío. Destacan el girasol (Cuenca y Sevilla), la remolacha (Cuenca del Duero y Sevilla), el algodón en Andalucía y el tabaco (Cáceres y Granada).
· Cultivos forrajeros Presentes preferentemente en las zonas húmedas por la abundancia de ganadería.
 ·La ganadería. El modelo actual es de alta productividad, aunque sigue conviviendo con una ganadería tradicional. El ganado bovino abunda en el norte y mitad oeste peninsular. El ovino, presente en toda la España interior, está revitalizándose como animal de carne. El caprino, antes en retroceso, se ha recuperado algo en relación con la elaboración de quesos (mitad sur de la península). El porcino es el más numeroso. Convive el de la dehesa y el estabulado, destacando Cataluña, Aragón, Murcia, Badajoz…,. También las granjas de pollos y conejos han prosperado.
· Los aprovechamientos forestales. Ocupan casi 20 millones de ha, pero sólo representan el 3% de la producción final agraria, destacando Galicia y País Vasco. El sector forestal español cuenta con algunos problemas, sobre todo: la insuficiente producción para abastecer la demanda, a pesar de las repoblaciones con especies de rápido crecimiento, lo que obliga a recurrir a la importación; el abandono del monte debido al éxodo rural, que trae consecuencias muy negativas para la conservación de los bosques; y la degradación de éstos, sobre todo por los incendios forestales.
De nuestros bosques se obtiene madera (la mitad en Galicia), pasta de papel, corcho…., destinados a la industria de construcción, del mueble, la fabricación de pasta de papel y la manufactura del corcho y  derivados de la resina. Además, los bosques son la base de usos como el cinegético (caza), el turismo rural y el turismo verde, este último cuando los espacios forestales están ligados a espacios protegidos.
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4. NUEVAS FUNCIONES DEL ESPACIO RURAL: EL PAISAJE
El paisaje agrario es el resultado de la intervención del hombre sobre el espacio natural, ordenándolo para producir materias primas renovables mediante actividades agrícolas, ganaderas y forestales.  La diversidad de los factores del medio físico o los diferentes usos del suelo originan distintos dominios y paisajes agrarios. En España podemos distinguir los siguientes dominios y paisajes agrarios:
4.1. DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS EN ESPAÑA    
4.1.1. Dominios y paisajes de la España atlántica.
Comprende el norte y noroeste peninsular. Medio físico: Relieve montañoso -con pocas llanuras- y clima atlántico: temperaturas suaves y abundantes precipitaciones. Todo ello favorece el desarrollo de los bosques y los prados, que son el soporte de paisajes agrarios basados en la especialización ganadera y forestal, jugando la agricultura un papel secundario.
Usos del suelo primordialmente ganaderos, a base de ganado vacuno orientado a la producción de leche o carne. En Galicia son explotaciones familiares poco rentables. En el resto de la vertiente cantábrica se han modernizado más, sobre todo desde la entrada en la U.E.
Los cultivos más importantes son maíz, patata, hortalizas, frutales, vid y plantas forrajeras para el ganado, explotados en régimen de policultivo tradicional.
La explotación forestal es importante y se destina fundamentalmente a la madera y pasta de papel.
Estructura del paisaje agrarioEstructura caracterizada por el dominio de pequeñas propiedades, explotadas en régimen directo, muy parceladas y cercadas por setos (bocage), que dificultan la mecanización y la rentabilidad.
Presenta un espacio rural caracterizado por una población muy envejecida -debido a la inmigración- y un poblamiento disperso o intercalar a partir de caseríos, aldeas, parroquias...
4.1.2.  Dominios y paisajes de la España mediterránea (interior y litoral).
a) España mediterránea interior:
Su denominador común es la influencia del clima mediterráneo con rasgos continentales. Comprende ambas submesetas y la depresión del Ebro, con un relieve dominante de llanuras elevadas.
Espacio rural caracterizado por una población escasa y envejecida, debido a la emigración. Poblamiento concentrado, a base de pueblos pequeños y cercanos en la submeseta norte y valle del Ebro, y más grandes y más distanciados en la submeseta sur.
El sistema de propiedad es variado: minifundio en el valle del Duero y en los regadíos del Ebro. El latifundio en Salamanca, Burgos, Castilla La Mancha  y en los secanos de Aragón y Extremadura.
En cuanto a los usos del suelo, la agricultura ocupa casi la mitad de la superficie y presenta varias áreas:
La cuenca del Duero. Dominio de pequeña y mediana propiedad y explotaciones muy parceladas. El suelo se ocupa con explotaciones de cereal muy mecanizadas, el cultivo en regadío de remolacha y cultivos forrajeros y la ganadería bovina extensiva, reducida a las zonas menos aptas para la agricultura.
El área castellano manchega. Dominio de la gran propiedad y hábitat concentrado. Destacan el cultivo de cereales, el viñedo –casi la mitad del total nacional- y la ganadería ovina.
El oeste peninsular. Corresponde al dominio de las penillanuras silíceas con suelos pobres y de poco valor agrícola, por lo que se impone el uso ganadero (vacuno en Castilla-León y ovino en Extremadura). Dominan las explotaciones de dehesa: un aprovechamiento mixto agro-ganadero y forestal en base a la explotación de la encina en un marco de grandes propiedades y con un gran valor ecológico.
 El valle del Ebro. Presenta una gran diversidad. En la cuenca alta destacan los aprovechamientos agrícolas: En regadío, los cultivos hortícolas, destinados al consumo directo y a la industria agroalimentaria, además de las áreas de vid, entre las que destacan La Rioja. En el resto de la cuenca aparecen cultivos de regadío de gran productividad, en las vegas y el cultivo de cebada en régimen extensivo de secano sobre suelos mediocres. En los somontanos y áreas de la Ibérica y Pirineos domina la ganadería.
b) La España mediterránea litoral:
Ocupa Baleares y la franja litoral mediterránea (hasta los relieves interiores), adentrándose hacia el interior por las depresiones del Ebro, Guadalquivir y Guadiana. Físicamente es un espacio de tierras llanas, con un clima de inviernos suaves, veranos calurosos y reducidas precipitaciones con fuerte sequía estival, donde se desarrolla una agricultura intensiva de alta productividad.
El paisaje rural se caracteriza por una población numerosa, tradicionalmente dispersa en la zona de Levante, mientras que en el valle del Guadalquivir aparecen grandes pueblos o agrociudades.
La pequeña propiedad domina en las zonas regadas, mientras en el secano alternan propiedades  pequeñas o medianas en Levante, Cataluña y Andalucía oriental, y grandes en la occidental.
En  éste dominio podemos distinguir tres zonas:
Cataluña. Acoge una agricultura intensiva y especializada, basada en los cultivos hortofrutícolas y la vid, y una ganadería estabulada e industrial (porcino, vacuno). En el delta del Ebro destaca el cultivo del arroz
El Levante acoge un regadío intensivo –derivado de la huerta tradicional- de elevados rendimientos, donde junto a los productos hortícolas destacan los cítricos y los frutales.
La Andalucía litoral alberga buenos ejemplos de agricultura intensiva: cultivos bajo plástico en Almería, subtropicales (Granada y Málaga) o fresa en Huelva. Por su parte, las campiñas béticas comparten, en un marco de gran propiedad, hábitat muy concentrado y suelos –a veces- de gran calidad, el uso cerealista con el girasol y otras plantas industriales, sin faltar el olivar que, no obstante, tiene en las subbéticas su espacio de natural desarrollo.
La ganadería dominante es la bovina y porcina, aunque la caprina adquiere importancia en el sur.
4.1.3. Dominios y paisajes agrarios de Canarias
 Canarias: Corresponde a un medio físico muy distinto al de la Península Ibérica, volcánico y de clima subtropical. Su paisaje rural presenta una población en retroceso por la fuerte competencia del turismo. La propiedad muestra importantes diferencias entre las pequeñas propiedades en la zona media y alta, y las grandes en la costa.
La agricultura es el uso dominante. Destaca en el litoral el plátano, cultivo de huerta, flores y las plantaciones tropicales. En las zonas medias y altas hay una agricultura tradicional de secano, como la vid y la patata. Esta agricultura convive con una importante cabaña caprina.
4.1.4. Dominios y paisajes agrarios de zonas de montaña.
Medio físico extremo: fuertes pendientes, inviernos fríos y elevadas precipitaciones, frecuentemente  en forma de nieve. El hábitat rural se caracteriza por muy bajas densidades de una población dispersa ubicada en el fondo de los valles. Predomina la pequeña propiedad.
Los usos del suelo son diversos: la agricultura, poco importante, se refugia en los valles y las laderas bajas, con cultivos en bancales. La ganadería, mucho más importante, suele ser extensiva, dominando la ovina y bovina. La explotación forestal adquiere un gran protagonismo.
4.1.5. Otros paisajes agrarios desde el punto de vista productivo.
Cada vez más el espacio agrario es polifuncional, desde el momento que la actividad agraria comparte su espacio con otras actividades no agrarias como la residencial, la turística, la industrial… Ello se produce especialmente en las llamadas zonas rururbanas, donde podemos encontrar paisajes agrarios muy diversos, algunos de un gran dinamismo y productividad, destacando:
 El litoral, en otro tiempo destinado a cultivos tradicionales, se ha devastado con las construcciones turísticas, aunque a veces se ha reconvertido en paisajes agrícolas intensivos de alta productividad.
  Las zonas periurbanas, donde la actividad agrícola convive con otras propias de la ciudad y para mantenerse debe adoptar un modelo de alta productividad y orientarse a servir al cercano mercado urbano o pervivir a través de fórmulas como la agricultura a tiempo parcial.
  Las huertas cercanas a pueblos que conforman un paisaje tradicional con elementos dignos de proteger.
Junto a éstos, y desde el punto de vista productivo, podemos encontrar paisajes muy productivos o paisajes agrarios tradicionales en crisis. Entre los primeros destacan:
*Los secanos especializados en nuevos cultivos (pistacho, quinoa, lúpulo, sorgo, lavanda…)
*Las zonas de agricultura muy intensiva: agricultura de invernaderos (Almería), cultivo de fresas (Huelva), arrozales (delta del Ebro y entorno de Doñana)…
*Los paisajes de agricultura ecológica, un sistema de producción alternativo a la agricultura convencional, que implica la no utilización de compuestos químicos o genéticamente modificados. Está en un proceso de expansión con el apoyo de los poderes públicos, ocupando ya más de 2 millones de hectáreas y teniendo casi 40.000 productores.
Finalmente hemos de referirnos a los paisajes agrarios en crisisque se han ido despoblando, se han ido deteriorando o se encuentran semiabandonados. Sin embargo, sus valores en cuanto a biodiversidad o patrimonio cultural son grandes y necesitan mantenerse. Entre estos paisajes podemos señalar:
 Los paisajes agrarios de montaña. La mayoría de las veces se encuentran en crisis por el negativo peso de factores naturales y porque los productos obtenidos en ellos no tienen mucha viabilidad económica.
El paisaje de olivar de montaña, propiamente andaluz. En torno a él se ha creado una cultura importante. Sin embargo, en algunas zonas, por abandono, se ha ido adehesando, aprovechándose más para la ganadería que para la aceituna.
La dehesa. Las causas de su degradación se deben al envejecimiento del arbolado, invasión del matorral, erosión del suelo, falta de modernización tecnológica, etc. Sin embargo, supera la categoría de simple paisaje para cobrar la dimensión de patrimonio cultural, por eso, en algunos casos como Andalucía (Sierra Morena, sierra gaditana) se intenta proteger a través del Plan Director de la Dehesa.
4.2. Nuevos usos y funciones del espacio rural.
Hasta mediados del siglo XX la actividad agraria tuvo mucho peso en la economía nacional, tanto por su contribución en la creación de riqueza como de empleo, pero desde entonces se redujo la población activa agraria, que hoy apenas supone el 8% del total de la población activa, aunque con cifras desiguales: menores en Madrid, País Vasco o Cataluña y superiores en Andalucía o Extremadura. Igualmente, y aunque el sector primario ha alcanzado un PIB de 20.000 millones de € en el conjunto de la economía española su significado ha ido disminuyendo, pues ya supone menos del 4% del total del PIB nacional.
La transformación agraria se inicia a partir de los años 60, y se refleja en los siguientes hechos:
-El éxodo rural y el vaciamiento interior; -La modernización técnica (mecanización, uso generalizado de fertilizantes químicos y productos fitosanitarios, semillas selectas, selección de especies ganaderas…) -La evolución de los sistemas y estructuras agrarias: desaparición de los barbechos y rotaciones, la generalización de los monocultivos, la concentración parcelaria, la ampliación de los regadíos… -La especialización productiva, la orientación al mercado o la integración en una economía global a partir de nuestra integración en la CEE.
Como resultado de todo lo anterior se han roto los vínculos entre agricultura, ganadería y explotación forestal y ha variado el significado económico de cada subsector, pues hoy el valor de la producción ganadera es superior a la agrícola. El espacio rural es hoy multifuncional y polivalente, pero para preservarlo es necesario diversificar la economía rural, propiciar nuevos usos y actividades que resuelvan el problema de la temporalidad en el empleo agrario y desarrollar programas integrados de desarrollo rural.
En este sentido, el espacio rural esta diversificando sus actividades con la implantación de nuevos usos distintos a los tradicionales (multifuncionalidad). Entre ellos destacan:
La actividad agroindustrial, que tiene como principales subsectores: el de los cereales para la fabricación de galletas y bollería; el cárnico; el de los lácteos; el aceite; el azucarero; bebidas (vino y cerveza); las conservas vegetales; y otras agroindustrias tradicionales como las de mantecados (Estepa), turrones (Alicante), Corcho y piel. 
La actividad cinegética, que se ha convertido en un importante recurso económico en zonas rurales desfavorecidas. Produce unos ingresos muy altos y dinamiza otros sectores complementarios a esta actividad. Destacan Castilla-La Mancha, Andalucía y Comunidad Valenciana. 
El turismo rural. Ofrece unos atractivos que han provocado que su demanda aumente en los últimos años: Calidad medioambiental, contacto con las tradiciones rurales, modo de vida tranquilo…
Actividades en la naturaleza: senderismo, escalada, deportes de aventura…
Agricultura periurbana, actividad desarrollada en las áreas periurbanas, donde la actividad agraria se ha enfocado al abastecimiento diario de las necesidades urbanas (frutas, hortalizas, leche, flores…) pero donde el espacio rural se ha transformado acogiendo una gran variedad de usos: segundas residencias, instalaciones industriales, almacenes, infraestructuras, instalaciones recreativas…, etc.