TEMA 4. LAS AGUAS Y LA RED HIDROGRÁFICA
1. LAS VERTIENTES
HIDROGRÁFICAS ESPAÑOLAS
España
cuenta con tres vertientes hidrográficas: la cantábrica, la atlántica y la
mediterránea.
VERTIENTE ATLÁNTICA: CUENCA NORTE. Incluye las cuencas de los ríos gallegos, asturianos, cántabros y vascos
del dominio climático oceánico. Son ríos cortos, pues nacen en la cara norte de
la C. Cantábrica. Su cercano nivel de baseles hace tener mucha
pendiente, lo que junto a su caudal abundante y regular les da una gran fuerza
erosiva. Son ríos de régimen pluvio-nival. Los vascos son muy regulares
(Bidasoa), los cántabros y astures muy erosivos (Nalón) y los gallegos más
suaves (Miño, Sil, Eo).
VERTIENTE ATLÁNTICA: SUS GRANDES RÍOS. Delimitada por la Cordillera Cantábrica, la Ibérica y las Béticas.
Sus ríos son largos y de suave pendiente. Largos porque nacen en la Cord.
ibérica o las Béticas y deben alcanzar el Atlántico después de efectuar un
largo recorrido E-W obligados por la inclinación de la Meseta. Como esa
inclinación es suave, tienen escasa pendiente. Sus ríos pertenecen al dominio
mediterráneo, que les da un régimen irregular y un estiaje más o menos acusado.
Disminuyen de caudal cuanto más al sur, siendo este un reflejo de la
irregularidad del clima mediterráneo. Caudal absoluto apreciable, pero el
relativo es modesto (cuencas muy amplias).
CUENCA O VERTIENTE MEDITERRÁNEA. Delimitada por los Pirineos y las
Cordilleras Ibérica y Béticas, supone 1/3 del territorio. Salvo el Ebro, que
recibe aguas de sus afluentes pirenaicos e ibéricos, todos sus ríos son cortos,
de cuencas reducidas y pronunciadas pendientes, debido a su relación con los
relieves orientales peninsulares cercanos a las costas.La mayoría están en el
dominio climático mediterráneo, así su caudal es pequeño e irregular y
presentan fuertes crecidas y estiajes.
2. LOS RÍOS Y LAS
CUENCAS HIDROGRÁFICAS
De la VERTIENTE ATLÁNTICA
NORTE (cantábrica y atlántica gallega) destaca el Miño.
Nace en las montañas septentrionales de Galicia (Lugo) que recorre de norte a
sur hasta unirse con su principal afluente, el Sil. Desemboca
en Tuy, sirviendo de frontera con Portugal. Tiene algo más de 300 Km y es uno
de los ríos más caudalosos de España, pese a que su cuenca es muy reducida.
En la VERTIENTE ATLÁNTICA propiamente
dicha debemos destacar los ríos de sus grandes cuencas:
El DUERO. Tiene
la cuenca más extensa, limitada por las cordilleras Cantábrica,
Ibérica y Central, recogiendo las aguas de toda la submeseta norte. Nace en los
Picos de Urbión (Ibérica) y desemboca en Oporto. En su último tramo se encaja
profundamente en los llamados Arribes del Duero. Su régimen es pluvio-nival.
Sus afluentes cantábricos (Pisuerga) son más caudalosos que los de la izquierda
(Tormes)
TAJO. Drena la zona entre el Sistema Central,
la Cordillera Ibérica y los Montes de Toledo. Es el más largo de España
(1.200 Km): Nace en la Sierra de Albarracín (Ibérica) y desemboca en Lisboa
formando un gran estuario. Afluentes más importantes por la derecha: Jarama.
Tiene un régimen pluvio-nival
GUADIANA. Drena la zona entre los Montes de
Toledo, Cord. Ibérica, Sª Morena y Subbéticas. Nace en los Ojos del Guadiana,
cerca de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y desemboca en Ayamonte (Huelva).
La aridez del mediterráneo de interior y las zonas calizas que recorre
justifican su caudal pobre e irregular y sus fuertes estiajes, en un régimen
pluvial. Afluentes: Cigüela. En su cuenca se han construido grandes embalses,
destacando el de La Serena, el mayor de España.
GUADALQUIVIR Drena la depresión Bética, entre Sª Morena y las Béticas. Tiene un régimen
pluvial y un caudal muy irregular. Nace en la Sª de Cazorla y desemboca en
Sanlúcar de Barrameda tras recorrer las fértiles tierras de su depresión.
Pasa por Córdoba y Sevilla. Sus afluentes de Sª Morena son cortos y poco
caudalosos (Jándula, Guadalmellato) Por la izquierda recibe al Genil, que nace
en Sª Nevada y tiene un régimen pluvio-nival.
Entre los ríos de las VERTIENTE
MEDITERRÁNEA podemos distinguir:
El más importante es el EBRO.
Tiene una extensa cuenca, delimitada por la zona más oriental de la Cord.
Cantábrica, los Pirineos, la Cord. Ibérica y la Costero-Catalana. Nace en
Cantabria, en Fontibre y tras atravesar Logroño y Zaragoza desemboca cerca de
Tortosa formando un Delta. Es un río largo y caudaloso, sobre todo por el
aporte de sus afluentes pirenaicos (Aragón, Gállego…). Su régimen es pluvio-nival
y presenta cortos estiajes. Sus afluentes ibéricos (Jalón) son más pobres.
RÍOS CATALANES. Los que nacen en los Pirineos son más
caudalosos y regulares, con régimen pluvio-nival. Los que lo hacen en la
Costero-Catalana son más irregulares y con menor caudal (Ter, Llobregat).
LEVANTINOS: Ríos cortos, muy erosivos, de
escaso caudal y muy irregulares, con prolongados estiajes y espectaculares
avenidas relacionadas con fenómenos de gota fría (Turia, Júcar,
Segura…) Su régimen es pluvial y está determinado por el roquedo calizo de
sus lugares de nacimiento. Tienen gran importancia a efectos agrícolas: riegan
las huertas murciano-alicantinas y valenciana.
MEDITERÁNEOS ANDALUCES: Ríos muy cortos y erosivos (nacen en la
cara sur de la Penibética), con caudal pobre e irregular y muy fuertes
estiajes: Almanzora, Guadalhorce…
LA RED FLUVIAL INSULAR, CEUTA Y MELILLA Los archipiélagos carecen de
auténticos ríos por el clima y la litología. En Baleares hay torrentes activos
en otoño y primavera aunque su litología caliza favorece la formación de
acuíferos. En Canarias no hay ríos por la aridez de su clima y el carácter
permeable del dominio volcánico. En Ceuta y Melilla sólo podemos hablar de una
red de arroyos.
3. LOS REGÍMENES FLUVIALES DE LOS RÍOS PENINSULARES
Por régimen fluvial entendemos el comportamiento del caudal medio de un río
a lo largo del año, es decir, el modo habitual de fluencia de sus aguas. Los
regímenes fluviales se clasifican atendiendo a la procedencia de sus aguas.
Distinguimos unrégimen pluvial, en el que el agua procede
directamente de la lluvia, y un régimen nival, en el que ésta
procede de la fusión de las nieves.
En el primer caso, el tiempo que media entre la caída del agua y su
evacuación por los ríos es muy escaso. En el segundo pueden transcurrir varios
meses, pues depende del momento en que se fundan las nieves. Entre unos y otros
regímenes existen situaciones intermedias según predomine la nieve o el agua.
La mayoría de los ríos españoles son de alimentación pluvial, por lo que se
observan regímenes diferentes de acuerdo con la variedad climática de la
Península.
1. Régimen pluvial oceánico. Se caracterizan por la abundancia de aguas durante todo el año y por su
regularidad: no tener grandes crecidas ni estiajes, como corresponde
a las precipitaciones del clima atlántico. A este tipo pertenecen los ríos
cántabros y gallegos.
2. Régimen pluvial subtropical o mediterráneo continental. Es propio de la España interior o
seca, en las que la precipitación anual es reducida, está mal
distribuida y la aridez estival es muy pronunciada, acrecentada por las altas
temperaturas. Las diferencias de caudal anual son notables, lo que permite
apreciar dos estaciones contrapuestas. La de abundancia de aguas y la de
estiaje.
3. Régimen pluvial mediterráneo. Registra un máximo principal en otoño
y otro secundario a finales de invierno-primavera, destacando un mínimo estival
menos acusado que en el régimen continental.
4. Régimen nival. Se limita a las cumbres centrales pirenaicas. Su característica principal
es la de ofrecer un régimen muy simple, con una estación de elevado caudal a
finales de primavera y verano, y un prolongado estiaje durante
los meses en los que se mantienen las nieves. En las zonas adyacentes a las
grandes cimas aparece el denominado nival de transición.
En el resto de montañas que acumulan nieve durante varios meses
(Cordilleras Central e Ibérica y Sª Nevada), surgen losregímenes
nivo-pluvial y pluvial-nival, muy parecidos al nival, sólo que con
crecidas de caudal levemente anticipadas en el tiempo. Estos
regímenes se presentan puros sólo en ríos cortos.
4. USO Y APROVECHAMIENTO HISTÓRICO DE LAS AGUAS.
España tiene una larga tradición en cuanto al uso y aprovechamiento del
agua, dado que en la España seca es un bien escaso. Por eso ha sido siempre un
recurso vital, tanto para el consumo humano como para la actividad agraria. No
hay que olvidar tampoco el interés por utilizar los ríos como vías de
transporte o el aprovechamiento de sus aguas para las actividades artesanales e
industriales.
En los años 80 el
problema de la contaminación de las aguas y la explotación indiscriminada de
los acuíferos pusieron de relieve la falta de una buena ley de aguas. Esta,
aprobada en 1985, procede a declarar de dominio público todas las aguas
superficiales y subterráneas.
En la actualidad el consumo de agua va en continuo
aumento y presenta una gran problemática. La demanda general de agua en España
supera los 30.000 hm3 anuales, distribuidos en estos usos:
Entre los usos consumidores de agua destacan el regadío
agrario (más del 75% del agua consumida); la producción minera, energética e
industrial, las actividades terciarias y el uso doméstico. En España las cifras
de consumo de de agua por persona están entre las más altas de Europa y del
mundo. Destacan:
• Usos agrarios. La desigual distribución de precipitaciones
hace necesario el regadío en muchas zonas agrarias. Este supone un alto consumo
de agua (más del 80% del total) potenciado por su uso poco racional dador el
empleo de técnicas y métodos poco adecuados.
•Abastecimientos urbanos e industriales. El urbano viene a suponer
el 14% del consumo total y la industria también consume gran cantidad de agua,
en torno al 7% del consumo total.
• Uso energético, para centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares.
• Usos relacionados con las actividades terciarias, donde destaca el turismo, ya
que el aumento de población en zonas turísticas en temporada alta multiplica el
consumo de agua y muchas actividades turísticas (parques acuáticos, campos de
golf…) tienen una enorme demanda de este recurso.
Entre los usos no consumidores del
agua se encuentran la pesca, la acuicultura, la producción hidroeléctrica,
la navegación y los deportes náuticos.
Los principales recursos hídricos son obtenidos de los ríos pero hay otros,
destacando:
- Algunos lagos pirenaicos para producir energía
hidroeléctrica.
- Los acuíferos subterráneos se aprovechan para usos
agrícolas, industriales y urbanos, especialmente en Levante, el sur, Baleares y
Canarias.
- El agua del mar y la salobre se aprovechan mediante la técnica de la desalación. España ocupa el
primer puesto en la U.E. con más de 700 plantas desaladoras, localizadas en las
zonas más deficitarias: Ceuta, Canarias, Baleares, Alicante, Murcia y Almería.
Decir también que los recursos hídricos
en España serían suficientes si los considerásemos a nivel global. Aunque casi
la mitad de los mismos no se aprovechan, lo restante sería suficiente para
cubrir la demanda, pero hay un déficit hídrico debido a los siguientes
problemas:
• La irregular distribución de
los recursos. Existen grandes diferencias entre las zonas muy secas y
las húmedas. Ello tiene mucho que ver con el clima. Los climas oceánicos y de
montaña proporcionan agua suficiente y bien distribuida a lo largo del año. Por
contra, los mediterráneos y canario ofrecen lluvias muy irregulares y no pocas
veces insuficientes o torrenciales. Por eso en muchos momentos hay déficit
hídrico y en otros un exceso de agua que no se puede aprovechar. Además, la disminución
de las zonas boscosas y la pérdida de suelo por erosión reducen la capacidad
acumulativa de agua en parte de España.
• La irregular distribución de la
demanda. Algunas de
las zonas más pobladas y desarrolladas económicamente de España son deficitarias
en agua, que sin embargo sobra en zonas de escaso desarrollo.
Así, la Cuenca Norte tiene superávit
hídrico y disfruta de la 1/3 parte de los recursos hídricos españoles. Frente a
ella, la cuenca del Pirineo Oriental (que abastece al área metropolitana de
Barcelona), Canarias y la Cuenca del Segura presentan los mayores déficits,
seguidas del resto de cuencas levantinas.
Ello es un problema porque la periferia
mediterránea presenta altas densidades demográficas que favorecen el consumo
urbano, pero también concentra actividades que demanda un gran volumen de agua:
industria, agricultura intensiva, actividades turísticas…
Las cuencas del Tajo, Guadiana y
Guadalquivir tienen una situación intermedia aunque sufren déficit en los años
más secos, lo cual supone un problema por la potencialidad agrícola de algunos
de estos espacios y, en menor medida, por sus concentraciones demográficas.
En las cuencas del Duero y del Ebro se
equilibran las disponibilidades y las necesidades hídricas.
• La insuficiencia de los embalses y las
pérdidas de agua. Se
estima que entre el 50 y el 70% del agua se pierde por fugas, evaporación u
otros motivos. Además, el regadío presenta un ineficiente uso del agua.
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