miércoles, 21 de abril de 2021

LAS ACTIVIDADES TURÍSTICAS

 

TEMA 11. LAS ACTIVIDADES TURÍSTICAS.

Llamamos turismo al conjunto de actividades desarrolladas por las personas en los viajes y estancias realizados en lugares distintos a los de su residencia habitual, por un período superior a un día e inferior a un año, motivado por ocio, negocios u otros motivos.

1. Caracteres de la oferta turística española y tipos de turismo.

1.1. La oferta turística: características y problemática.

Cuando hablamos de la oferta turística nos referimos al conjunto de recursos e infraestructuras, bienes, productos y servicios, que se encuentran en un determinado lugar y que están disponibles en el mercado para ser usados o consumidos por los turistas.

1.1.1. Características de la oferta turística.

El enorme potencial turístico de España se basa en bien desarrollada oferta turística, que se fundamenta, sobre los siguientes pilares:

a) La existencia de un amplio y variado conjunto de recursos turísticos, teniendo gran importancia los de base geográfica. Entre ellos debemos destacar:

Las ventajas desde el punto de vista geográfico. Por un lado, nuestra localización en la banda de clima templado cálido, pero también nuestra posición excéntrica y meridional respecto a Europa, acentuada por la cercanía a África o por la condición casi tropical de Canarias, que nos da un plus de originalidad como destino turístico. Además, nuestra situación geográfica como país desarrollado capitalista en el contexto de la U.E., nos coloca en el seno de un espacio de elevado nivel de renta y gran demanda turística.

Por otro lado, el carácter peninsular; la existencia de dos archipiélagos (gran cantidad de kilómetros de costas); la variedad de paisajes (derivada de la riqueza geomorfológica y climática); la riqueza natural…, nos concede una enorme cantidad y variedad de recursos.

La riqueza histórico-artística y cultural, producto de una larga historia y reflejada en un rico patrimonio artístico, urbanístico (cascos históricos), fiestas y costumbres populares, gastronomía…

Ventajas económicas. Desde los años 60, nuestro menor desarrollo económico nos concede un gran atractivo en la relación calidad-precio. Desde entonces, los bajos salarios, el menor nivel de vida, la abundante mano de obra para el desarrollo de la construcción, la hostelería… fueron grandes ventajas.

b) Las instalaciones turísticas, que cubren las necesidades de alojamiento, manutención y ocio. En este sentido, la oferta de alojamiento es muy amplia, aunque se concentra en el litoral mediterráneo peninsular y ambos archipiélagos y crece en el interior peninsular. En 2019 España ofertaba 1,86 millones de plazas en establecimientos hoteleros, en su mayoría de categoría media; y 1,5 millones de plazas en establecimientos extrahoteleros (campings, apartamentos, casas rurales).

La oferta de manutención, que incluye los servicios de restauración (restaurantes, cafeterías y bares) también es muy amplia, siendo los más visitados los de dos tenedores.

La oferta de ocio y recreo es también amplia y variada. Incluye instalaciones deportivas, parques recreativos y acuáticos, clubes hípicos y de golf, instalaciones naúticas, estaciones de esquí, parques nacionales y naturales, parques temáticos…

c) Una buena red de infraestructuras y servicios de transporte: red de aeropuertos, puertos, autopistas y autovías (éstas de uso gratuito), ferrocarril de alta velocidad…

d) Una oferta capacitada para responder a una gran y exigente demanda.

La oferta turística tuvo que responder en 2019 a la llegada de 83,7 millones de visitantes. España recibe sobre todo turistas procedentes de Europa. Por orden: británicos (18 millones en 2019), alemanes, franceses e italianos. Destacar también el flujo de japoneses -por su número- y norteamericanos -por su poder adquisitivo-. Últimamente se ha incrementado la presencia de chinos o rusos. (Ver enlace)

https://www.epdata.es/reino-unido/3d11082a-4e6b-4cf9-a7a1-ae0481e9c980/espana/106

Los principales destinos del turismo internacional son, por este orden, Cataluña (19,3 millones de turistas recibidos en 2019), Baleares, Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid. (Ver enlace)

https://www.epdata.es/cataluna-principal/3b0fc842-14e8-4030-b317-b8c7ce714207

La mayoría del turismo extranjero llega por vía aérea (80%), seguido de la carretera, tren y barco.

Pero no podemos olvidar la importancia del turismo nacional, que es el sostén del turismo interior y de la actividad durante la temporada baja.

e) Las políticas turísticas. La administración estatal, pero también las autonómicas y locales, atendiendo a la importancia económica del turismo, dedican muchas inversiones a su promoción: celebración (FITUR) o participación en ferias internacionales, mantenimiento de oficinas de turismo, campañas de promoción, señalización y mantenimiento de infraestructuras y servicios turísticos…

1.1.2. Problemas de la actividad y la oferta turística.

Pero el desarrollo de la actividad turística también presenta problemas, entre los que cabe destacar:

  • La acusada estacionalidad. Casi el 50% del turismo se concentra entre julio y agosto, provocando entonces la masificación de las áreas turísticas y, en temporada baja, la infrautilización de las infraestructuras turísticas y la caída del empleo en el sector.

  • Concentración de la oferta. Casi el 85% de la oferta se concentra en la costa mediterránea y las islas, creando problemas de congestión y caída de la calidad de los servicios en temporada alta.

  • Exceso de oferta extrahotelera, sobre todo de apartamentos no declarados, que sólo producen beneficio privado  pero contribuyen a aumentar los impactos negativos del turismo.

  • Minifundismo empresarial y dependencia de los grandes touroperadores. Estos presionan para reducir los precios y, además, los beneficios quedan en parte en el país emisor, provocando en el sector español pérdida de negocio y que las pequeñas empresas no resistan la presión de los touroperadores

1.2. Tipos de turismo.

La variedad de recursos de base turística disponibles en España, hace que se multipliquen las modalidades turísticas o tipos de turismo. Estos, en cualquier caso, siguen estando claramente encabezados por el turismo de sol y playa, como evidencia el hecho de que la mayor parte de la oferta y la demanda turística se concentre en el litoral –especialmente el mediterráneo- y ambos archipiélagos. Esta modalidad aprovecha las condiciones climáticas de nuestras costas (tiempo soleado y temperaturas suaves), pero también el recurso del agua, los paisajes, la amplia oferta de alojamiento y restauración, la posibilidad de realizar prácticas deportivas, la variedad de actividades de ocio y tiempo libre…

Sin embargo, en las últimas décadas el turismo de sol y playa parece haber tocado techo, a la vez que están cobrando importancia otras modalidades. Esto se debe, por un lado, a la potenciación de los variados recursos turísticos de España, pero también a que los turistas demandan mayor diversidad y espacios menos saturados; al incremento del turismo nacional en temporada baja; a la promoción del turismo como estrategia para el desarrollo de áreas económicamente débiles: rurales, de montaña…

En este sentido merece ser destacado el llamado turismo de borde de agua, que al margen del de sol y playa se desarrollo en torno a ríos, lagos y embalses, donde como en aquel se pueden practicar deportes y actividades náuticas: natación, remo, vela, surf, motonáutica, pesca, descensos fluviales… También está resurgiendo el turismo termal o de balneario en zonas con aguas mineromedicinales, que combina la cura medicinal con el descanso (spa).

Señalar también las siguientes modalidades: El turismo de montaña, ligado principalmente al turismo de nieve con la práctica del esquí, pero también vinculado a actividades como el excursionismo, el senderismo, el alpinismo, barranquismo o, en general, deportes de aventura. El turismo ecológico, centrado en la visita a espacio naturales protegidos; el turismo rural, que incluye alojamiento y actividades en zonas rurales para disfrutar del descanso, la tranquilidad y la calidad medioambiental a la vez que se practican actividades vinculadas a la naturaleza o el mundo agrario; el turismo cultural y artístico, también denominado urbano, centrado en la visita a monumentos, museos, cascos históricos, exposiciones… Ha sido muy potenciado con las declaraciones de patrimonio de la humanidad por la UNESCO. A esta modalidad podríamos ligar el turismo religioso, ligado a peregrinaciones y grandes celebraciones religiosas.

A todos los anteriores debemos sumar modalidades que quizás no constituyan un motivo de atracción por sí mismas, pero que complementa la oferta de otras modalidades, es el caso del turismo gastronómico, del enológico (vino), del cinegético (caza), del deportivo, o el interés que despiertan nuestras variadas fiestas (muchas de ellas declaradas de interés turístico), costumbres, folklore, tradiciones, artesanía…

Todos estos recursos tienen una amplia distribución territorial en base a la riqueza geográfica e histórica de España

2. Principales áreas turísticas en España.

Cuando hablamos de espacios turísticos nos referimos a zonas donde hay una especial concentración, tanto de oferta, como de demanda turística. Según su dimensión, es decir la extensión del área o territorio que ocupen, podemos hablar de áreas turísticas, que son zonas de gran amplitud que atraen a gran cantidad de turistas; y de puntos turísticos, que son núcleos aislados, ligados a atractivos concretos, y que reciben menor cantidad de turistas y tienen un elevado grado de estacionalidad.

En relación con la distribución geográfica de las zonas turísticas podemos señalar tres hechos generales:

  • Se observa una clara asimetría en la distribución geográfica del turismo, que tiene que ver con el predominio del turismo de sol y playa.

  • Existe un fuerte contraste entre la costa y el interior, tanto en infraestructuras turísticas como en afluencia de visitantes, siempre a favor de la costa, y, en ella, hay un mayor desarrollo del litoral mediterráneo y los archipiélagos frente al resto del sector costero.

  • Las diferencias no son sólo de afluencia, sino que afectan también a la calidad de los alojamientos. En este sentido podemos distinguir las siguientes zonas turísticas:

2.1. Áreas turísticas de alta densidad.

Aquí se incluyen las áreas especializadas en turismo de sol y playa y el núcleo turístico de Madrid.

a) El litoral mediterráneo peninsular. Es el espacio de mayor desarrollo turístico debido a:

  • Su alto grado de accesibilidad, relacionado con la cercanía a Francia, las buenas comunicaciones terrestres y la amplia red de aeropuertos y puertos (Barcelona, Valencia, Málaga…)

  • La escasa rentabilidad de la agricultura tradicional y la pesca artesanal, que avoca a que el turismo sea la mejor o/y más rentable alternativa económica.

  • Sus ventajas geográficas, como el clima, los paisajes o las buenas condiciones del mar Mediterráneo.

Dada la amplitud del área podemos caracterizad distintos sectores:

*Costa brava. (Gerona). Aprovecha la cercanía a Francia y sus paisajes de calas y acantilados.

*Costa del Maresme-Dorada. (Barcelona, Tarragona). Predomina el turismo de segundas residencias, potenciado con el parque temático de Port Aventura y el atractivo de Barcelona como gran punto turístico.

*Costa del Azahar, Valencia, Blanca y Cálida. (Castellón, Valencia, Alicante y Murcia). Ofrece playas de gran calidad y grandes centros turísticos. Es una zona favorecida por las buenas comunicaciones y una oferta complementaria variada y de calidad.

    *Costa de Almería, Tropical y del Sol (Almería, Granada y Málaga). Aprovecha sus excelentes condiciones climáticas: inviernos muy suaves. Es, además, centro de distribución turística hacia el interior de Andalucía (Granada-Córdoba-Sevilla).

b) Los archipiélagos. Baleares. Destacan Mallorca e IbizaFue el primer destino español y está muy consolidado: buenas infraestructuras y comunicaciones aéreas y marítimas; pero sufre algunos problemas de masificación.

Canarias. Dominio del turismo extranjero en manos de touroperadores. Cuenta con la gran ventaja de su clima y su posición casi tropical (exotismo), que le otorga una estacionalidad inversa, aunque la actividad permanece todo el año. La base es el turismo de sol y playa, potenciado con el turismo natural (cuatro parques nacionales) y de paisaje (atractivo de los paisajes volcánicos).

c) Madrid. En la zona de interior destaca el principal punto turístico del país: Madrid, que por su capitalidad y oferta cultural, ofrece una importante oferta hotelera destinada a acoger al turismo cultural (museos, exposiciones, espectáculos…) y de negocios (ferias, congresos…). Apenas posee estacionalidad.

2.1. Áreas turísticas de media y baja densidad.

Acoge aquellas áreas de menor densidad turística y los puntos turísticos, vinculados ambos a una variada oferta de recursos. A veces son el resultado de la difusión del turismo de sol y playa, pero también de la mayor demanda de otras modalidades. Aquí destacamos:

a) Zonas de litoral y prelitoral en áreas del Atlántico y Cantábrico

Por su mayor desarrollo turístico cabe mencionar primero el sector atlántico andaluz o Costa de la Luz (Cádiz y Huelva). Esta zona aprovecha las excelentes playas del Atlántico andaluz, factores naturales como el viento en Tarifa o zonas de interés natural, como Doñana, aunque debe hacer frente a factores negativos como los polos industriales (Huelva, Cádiz-San Fernando y Algeciras) o elementos naturales como los vientos (levante) o la proliferación de insectos.

El área costera y prelitoral del cantábrico y Galicia no llega a alcanzar la importancia del arco mediterráneo. Destacar las rías gallegas; el centro de turismo religioso-cultural de Santiago de Compostela; la costa Verde asturiana o la costa Esmeralda en Cantabria. Cuentan con el hándicap de una meteorología más adversa que la mediterránea (menos horas de sol, más precipitaciones…) y mares con problemas de oleaje o corrientes. En cambio ofrece variedad de paisajes, espacios naturales cercanos y un rico patrimonio histórico-artístico, lo que potencia el turismo verde, rural, cultural, de aventura…

b) Los puntos turísticos del interior.

Estos mantienen un turismo basado, sobre todo, en la oferta histórico-artística y urbanística, completada con los recursos naturales y paisajísticos, el turismo rural… Destacan destinos como Toledo, Salamanca, Granada-Córdoba-Sevilla y rutas como la del Camino de Santiago. En todos los casos predominan las estancias cortas de fines de semana o puentes, la inclusión en tours turísticos y una muy elevada estacionalidad.

3. Significado y consecuencias de las actividades turísticas.

3.1. Significado de la actividad turística.

El principal significado de la actividad turística no es otro que el de su enorme importancia socioeconómica. España es una gran potencia turística mundial como demuestran algunos datos básicos: En 2018 recibimos más de 82,5 millones de turistas internacionales, lo que nos coloca en el  2º puesto mundial -tras Francia- en número de llegada de turistas y en ingresos por turismo internacional, (7% del turismo mundial), ya que el gasto realizado por los turistas extranjeros rozó los 90.000 millones de Euros. En 2018 el turismo aportó el 11,8% al PIB y dio empleo casi al 13% de la población. El sector turístico tiene –además- una tasa de paro menor a la media nacional, aunque es un empleo muy estacional.

En los años 60 los ingresos por turismo, junto a las divisas de los emigrantes, contribuyeron al despegue económico y ayudaron a la modernización de nuestra sociedad (cambio de costumbres). Desde entonces, salvo en crisis como la del petróleo, ha habido un aumento casi constante de los turistas y los ingresos por turismo, aunque en los últimos años ha disminuido el ingreso por turista.

El sector turístico ha resistido mejor que otros los efectos de la crisis, han seguido aumentando los turistas extranjeros y el turismo nacional ha compensado su reducción coyuntural.

3.2 Consecuencias de las actividades turísticas.

Aparte de sus efectos beneficiosos para la economía, la actividad turística ocasiona importantes repercusiones en las áreas receptoras, mayores cuanto más elevada es la densidad y afluencia turística.

Estas consecuencias son las siguientes:

a) Consecuencias demográficas.

En las áreas turísticas de mayor desarrollo, el turismo ha atraído población. Por un lado, a adultos jóvenes que buscan trabajo y, por otro, a jubilados nacionales o europeos que se establecen de manera permanente. Ello, por tanto, ha modificado aquí las estructuras y los comportamientos demográficos.

Por su parte, en ciertas áreas rurales y de montaña, y en algunas ciudades históricas en declive, el turismo ha frenado el despoblamiento.

b) Consecuencias en el poblamiento.

En zonas litorales el turismo ha acentuado el fenómeno urbanizador, ha favorecido la formación de conurbaciones y aumentado la densidad de población. A cambio se ha producido la hormigonización del territorio, muy ligada a fenómenos especulativos y que ha propiciado el deterioro paisajístico.

Por el contrario, en algunas espacios rurales, de montaña y urbanos, el turismo ha contribuido a la recuperación del patrimonio edificado.

c) Consecuencias económicas.

Como ya se ha dicho al hablar del significado de la actividad turística, el turismo puede considerarse el principal motor de la economía española, por su aportación a la formación del PIB nacional y su capacidad de creación de empleo, aunque este está sometido al problema de la estacionalidad. Su aportación reduce el déficit comercial, aunque también provoca encarecimiento de precios.

De manera indirecta influye positivamente en las actividades económicas, pues la demanda turística impulsa la agricultura, la industria, el comercio, el transporte, la construcción…; pero la especialización turística puede favorecer también el abandono de actividades tradicionales (agrarias, pesca…).

Por otro lado el turismo mejora la dotación de servicios, equipamientos e infraestructuras, destacando las de transporte: carreteras, aeropuertos, puertos. Sin embargo también contribuye a saturar su uso en temporada alta y a su infrautilización en la baja. Además, la necesidad de mantener la calidad de las infraestructuras generales y turísticas supone un alto coste económico.

d) Consecuencias medioambientales.

En zonas litorales se relacionan con el boom inmobiliario y de la construcción, que ha provocado su pérdida de calidad paisajística y ambiental, debido a la excesiva ocupación del espacio, la urbanización incontrolada, la elección de morfologías constructivas poco atractivas, la urbanización de zonas de gran valor ecológico… Pero la actividad turística también genera contaminación atmosférica (vinculada al transporte), del agua, acústica (zonas de ocio), visual…, y la acumulación de un gran volumen de residuos.

Finalmente, hacer referencia al notable despilfarro de recursos, ya que el incremento de población en zonas turísticas en temporada alta, además de suponer elevados consumos de recursos básicos como agua, energía o atención sanitaria, exige mantener todo el año infraestructuras con un alto coste.

e) Consecuencias en la ordenación del territorio.

En zonas litorales hay un alto grado de ocupación y deterioro del territorio: urbanizaciones, complejos recreativos, equipamientos, pantanos, canteras… En zonas rurales la actividad turística puede favorecer el abandono de usos tradicionales del suelo y la inclusión de otros poco acordes con estos entornos.

f) Consecuencias políticas, culturales y religiosas.

El turismo favoreció en España la modernización social, acentúa la interculturalidad y el acercamiento entre gentes de diferentes pueblos y culturas, fomentando el respeto hacia ideas o costumbres distintas, pero también puede favorecer la pérdida de las propias costumbres y señas de identidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.